Kodama el Cínico.

Cierta vez, existió un cabrón ligero de ropas y de modales, pelo largo y actitud desenfadada, de cuyo nombre ahora no puedo acordarme (maldito alcohol), pero estoy casi -casi- seguro que era Diógenes, que según cuenta la historia, al pasar por un mercado, veía a la gente comprar objetos lujosos (de esos que no sirven para nada pero que se ven rebonitos), y se burlaba de ellos por comprar objetos para saciar su felicidad, y comentaba que él tenía la suficiente memoria para acordarse de lo que le gustaba y así, cuando quisiera saciar su felicidad, solo tenía que buscar en su memoria la satisfacción que le causo ver tal o cual obra de arte, recordarlo y listo, y les decía entre carcajadas de pirata de caricatura de Bob Esponja.-


'Jar, jar, jar, eso que puso arriba el Kodama, Jar, jar, jar.'


Y eso sucedía hace casi más de 2,500 añotes, imagínense.

Diógenes era de la escuela Cínica de la filosofía y hace más de 2,500 años él estaba en contra del consumismo, sí, de ese mismo que en estas navidades volvió a pegarle a mucha gente.

Diógenes hizo una que otra cosa que me llamó mucho la atención.-

• El cabrón comía en la calle pues era algo natural, y con la misma lógica, defecaba al aire libre y también se masturbaba, le valía madres todo.
  

• Como buen Cínico, era autosuficiente al extremo, cierta vez, al querer tomar agua con su cantimplora marca Victorinox, vió a un niño tomar agua con las manos, tiró su jicara y al mismo tiempo dijo 'Un niño me superó en sencillez'.

• Un día se le acercó Alejandro Magno y ofreció concederle lo que quisiera, a lo que el filosofo respondió simplemente: apártate a un lado que me quitas el sol.
  

• MI FAVORITA.- ¿Por qué –se le preguntó- la gente da dinero a los mendigos y no a los filósofos? Porque –repuso- piensan que, algún día, pueden llegar a ser inválidos o ciegos, pero filósofos, jamás.

• También se decía él que era ciudadano del mundo (ya andaba él en esas chingaderas de la Globalización) y que no se regía por las leyes más que las de la naturaleza.

Les comento esto porque estas Navidades yo quería ser un kodamita más de esos a los que Diógenes les riera cual pirata filósofo, me iba a comprar un par de Series de Tv en DVD (de esas que ya vi, pero que mi memoria tan huevona no prefiere recordar y me ordena mejor comprarla y verla de nuevo) iba a comprar un par de películas en HD-DVD (sip, de esas que ya vi en el cine, pero como me gustaron mucho los efectos especiales, pos las quiero ver en mi casa de nuevo, digo, que hueva recordar ese sentimiento de felicidad al divertirme en el cine, si puedo conservarlo en un DVD de Alta Definición, verdad) y así, cosillas intrascendentales (como ese Playstation 3 que no llegó), pero noooo, no señor, estas navidades me las pasé como Diógenes, sip, a huevito, y de manera voluntaria preferí pasármela como Diógenes, sob, sob, =(

Y es que la cuesta de enero me pegó este diciembre, lo malo es que era la cuesta de enero de 2007, :(, aún no me llega la de este año.

¿Ustedes compran las cosas que les gustan y que no tienen utilidad, o hacen como Diógenes?